Desde Villa la Angostura – El paisaje es majestuoso, los caminos desafiantes, rectas de 1 km y luego curvón a la izquierda, 200 metros derechos y un zigzag cada vez más cerrado. No hay mejor lugar para conocer un auto con las pretensiones dinámicas del nuevo Peugeot 408. Y de fondo, nada menos que los imponentes paisajes que unen la ciudad de Bariloche con Villa la Angostura.
Apuntando al liderato del segmento, se trata de un sedán mediano-grande, que competirá en el sector intermedio y superior de su renglón. Esto se aprecia en sus generosas medidas, obtenidas utilizando la plataforma 2 del Grupo PSA, compartida por varios modelos de Peugeot y Citroën, en este caso con distancia entre ejes larga para mejorar estabilidad y espacio interior.
Estéticamente hace uso de cromados, como los acentos en paragolpes, base de línea acristalada lateral y parrilla, sin exageraciones. Además del nuevo escudo de Peugeot en enfrente, los elementos propios de la marca están presentes, comenzando por los faros alargados y la gran boca inferior. Sin dudas el punto más importante es la incorporación del tercer volumen, o baúl, al cuerpo del auto en forma armoniosa y fluida.
En el interior, lo primero que llama la atención es la alta calidad percibida, con gran uso de materiales inyectados, o acolchados al tacto, buenas terminaciones y sutil aplique del cromado en biseles y decorados. Sin dudas, el elemento que termina de cerrar esta sensación de auto superior es el navegador satelital cuya pantalla de 7″ se despliega eléctricamente. El cuadro de instrumentos es nuevo, con grandes diales retroiluminados y un display central con varias informaciones. Nuevo también es el frente del estéreo, con los controles para el navegador y el climatizador automático de dos vías.
Antes de emprender la marcha, la correcta posición de manejo se consigue perfectamente con regulaciones eléctricas para el asiento de conductor (Feline) y un volante de aro grande y formato anatómico, regulable en altura y profundidad. Las butacas son de asiento levemente corto, envolventes, tapizadas en cuero y confortables. Todo lo necesario está al alcance de la mano incluyendo los controles de la columna de dirección típicos de PSA, que facilitan las cosas a quienes ya conocen los modelos de la marca.
En marcha, el 2.0L de 143 CV está bien aislado de la cabina. Solo al pasar las 3.000 rpm se sienten algunas vibraciones, pero su sonoridad sigue bien contenida. El mejor ejemplo es al circular a 130 km/h cuando gira a 4.000 rpm y en el habitáculo se puede escuchar música sin subir el volumen y mantener una charla sin esforzar la garganta, todo al mismo tiempo.
A la hora de encarar curvas, dobla más plano de lo esperado, la dirección es precisa y mucho más dura que en ciudad, donde es muy ligera. Solo en giros más cerrados y prolongados, comienza acostarse sobre las ruedas externas. Por precaución, no llegamos al punto de provocar al control de estabilidad (ESP), y esto no quiere decir que circulamos a baja velocidad, sino que los niveles generales de agarre son altos. Ayuda en esto el calzado de 17″ de la unidad probada que en los breves tramos circulados de ciudad, en San Carlos de Bariloche, no parecieron arruinar el confort de marcha. Pero eso será objeto de análisis más profundo cuando hagamos un test completo al nuevo Peugeot 408; por el momento, la primera impresión es muy positiva y en caminos realmente desafiantes.