Finalmente, el Chevrolet Camaro de sexta generación fue presentado oficialmente en Estados Unidos, el que es su mercado de origen. Totalmente renovado, surgió con un diseño fiel a su estilo característico, aunque con cambios en todos los frentes.
De esta forma, se observan nuevos grupos ópticos, capó, laterales y zona posterior, además de una aerodinámica beneficiada por las más de 350 horas que ha pasado en el túnel de viento. Se mantiene la versión SS, la más deportiva de la gama.
La plataforma en la que se apoya es nueva, con mayor rigidez y menor peso, ya que ostenta una reducción de 90 kilos o más dependiendo de las diferentes variantes, en comparación con el modelo de quinta generación.
También posee cotas más ajustadas, con una distancia entre ejes de 2.811 milímetros y una longitud de 4.784 mm, es decir con 41 y 47 mm menos respetivamente, frente al modelo al que reemplaza.
Los motores con los que se presentó son tres, incluyendo el poderoso V8 6.2 LT1 para el SS, con inyección directa de combustible y Active Fuel Management (desactivación automática de cilindros). La potencia es de 461 CV y el torque de 617 Nm.
Por su parte, el nuevo V6 de 3,6 litros también ofrece inyección directa y puede desactivar algunos de sus cilindros, a lo que suma sistema de distribución variable continua y una potencia de 340 caballos de potencia (385 Nm de torque).
Por último, el nuevo impulsor 2.0 de cuatro cilindros con turbo genera 279 CV y un torque de 400 Nm, para el que se estima un 0 a 60 millas (unos 97 km/h) en un tiempo menor a los 6 segundos.
Otras de sus características son la suspensión adaptativa Magnetic Ride Control, el nuevo comando de ajustes de manejo (con opciones Snow/Ice, Tour, Sport y Track para el SS), el escape con válvula que modifica el sonido y un interior totalmente reformulado en el que se destaca la orientación hacia el conductor y la generosa pantalla color de la consola.