La lenta y paulatina recuperación del mercado norteamericano a niveles de demanda similares a la “precrisis” de 2008, vuelve a ser un fuerte incentivo para las marcas de todo el mundo. BMW es una de las marcas que está fuertemente decidida a seguir ganando terreno en este siempre apetecible mercado, de la mano de actualizaciones y nuevos productos. En ese sentido, la semana pasada anunció un desembolso de cerca de u$s 900 millones para ampliar la producción de la planta que tiene en la ciudad de Spartanburg, Carolina del Sur.
Pero lo más interesante del anuncio es que semejante inversión tiene como destino la fabricación de un modelo totalmente nuevo, que ampliará la familia X de la automotriz alemana, actualmente integrada por el X1, X3, X5 y X6. Se tratará del X4, un SUV compacto de tracción integral con carrocería de líneas agudas y techo con caída posterior similar a una coupé.
El encargado de confirmar la noticia fue el responsable de Producción de BMW, Frank-Peter Arndt, quien aseguró que la demanda de este tipo de productos es creciente en Estados Unidos. El formato, impuesto por el X6, le representó a BMW un verdadero éxito de ventas que ahora espera amplificar con esta nueva propuesta, ubicada en un escalón intermedio entre el X3 y X5. Apunta además a no perder terreno a manos de competidores del segmento Premium que preparan sus propias cartas, como Porsche con el Cajun, o Audi con un nuevo integrante de su gama Q.
Los planes para crear la X4 ya habían sido anticipados por Norbert Reithofer, CEO de BMW en septiembre pasado, asegurando que este nuevo modelo cubriría la brecha entre el X3 y el X6. El lanzamiento mundial está previsto para el 2013.
La inversión en la terminal de Spartanburg, donde actualmente se producen los X3, X5 y X6, llevará la capacidad de producción a 350.000 unidades al año hacia 2014, con 300 nuevos puestos de trabajo que se sumarán a los 7.000 actuales.