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lunes , 27 de Enero de 2025
Probar el comportamiento de un vehículo en un autódromo es engañoso. Allí, el ancho del trazado y el tipo de curvas permiten sobrepasar sus límites de una manera que sería imposible en la vida real. Además, se somete a un auto de calle a exigencias propias de las carreras, fatigando el rendimiento de frenos y cubiertas, entre otros.
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Por otro lado, solo las grandes vías de escape de un circuito, permiten alcanzar y sobrepasar los límites de un vehículo con seguridad para el probador y sin poner en peligro la vida de otras personas.
En el autódromo Juan y Oscar Gálvez, además de aceleración, frenado y recuperaciones se prueba velocidad de curva en Salotto y cambio de dirección con transferencia de carga en la chicana de Ascari. Esto se complementa con la experiencia en el “mundo real” en algunos empalmes y retornos de rutas, cuyas ubicaciones permanecerán dentro del secreto profesional.
En el curvón del autódromo, la marcada inclinación de la carrocería -rolido- al final de la trayectoria hizo tomar mayores precauciones y preconceptos sobre la buena velocidad de curva que registramos luego de acostumbrarnos a las sensaciones que transmite del auto. Esto se debió a la combinación de suspensiones confortables y el alto agarre provisto por el neumático de perfil bajo-medio.
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En cambios de dirección con transferencia de peso, el marcado rolido y el mantenimiento de línea en ruedas traseras, producto de la suspensión Twis Beam, marcan una tendencia subvirante, es decir a sacar la trompa. Casi no corrige moderando el acelerador por el perfil de la goma con mínima deriva y por el valor de torque disponible.
La solución consiste en anticipar el giro del volante previendo cuando va a dejar de correrse; confieso que creí irme afuera en las primeras maniobras del ensayo. El control de estabilidad aporta lo suyo para lograr la trayectoria deseada, pero hubiese preferido desconectarlo por la limitación de torque y relaciones de caja.
En síntesis, para desandar caminos no llega a los excelentes niveles del Focus, pero su andar parecido lo posiciona entre los mejores de quienes compite.
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