La nueva generación del BMW Serie 7 llegó al mundo demostrando por qué es el modelo más grande y sofisticado de la marca alemana, que lo presentó con muchos cambios respecto de su antecesor.
El sexto capítulo del modelo se diferencia, en primer lugar, por ofrecer la estructura de la carrocería construida con piezas de plástico reforzado con fibra de carbono en sociedad con aluminio y acero de ultra alta resistencia. Junto con otras mejoras, posee un ahorro de peso de hasta 130 kilos.
Otra de las nuevas características se encuentra en el diseño, el cual ha introducido el último lenguaje estético de la marca. Posee un estilo atlético y dos opciones de distancia entre ejes: 3,10 y 3,21 metros, con largos de carrocería de 5,10 m y 5,24 m respectivamente.
En el interior se mantiene fiel al estilo sobrio y elegante de la marca, resaltando los materiales de gran calidad y un espacio que invita a ser un pasajero de las plazas posteriores, donde además hay pantallas, mesitas y otras comodidades.
Entre el equipamiento, además de todo lo imaginable en cuanto al confort y a la seguridad activa (con sus respectivas asistencias) y pasiva, estrenó un sistema de estacionamiento automático sin conductor, tarea que la persona puede realizar desde fuera del vehículo, a través de la llave inteligente del mismo.
Otra de las novedades es el sistema de control de gestos, con el que se pueden manejar algunas de las funciones del vehículo realizando sólo movimientos determinados con las manos.
La mecánica posee nuevos motores nafteros y diésel con bloques de seis cilindros en línea para las versiones 740i con 326 CV y 730d con 265 CV. También hay un V8 con 450 caballos, mientras que la tracción es trasera o bien xDrive, es decir en las cuatro ruedas. Asimismo, hay una variante híbrida plug-in, la 740e, que posee motor naftero 2.0 de 258 CV y un eléctrico de 95 CV, La potencia total es de 326 CV, mientras que el consumo promedio es de 2,1 l/100 km y la autonomía eléctrica de 40 km.