Luego de la llegada a la Argentina del Agile Effect, General Motors ha decidido que el Onix también tenga una versión con imagen deportiva, al menos inicialmente en el mercado de Brasil, donde es producido junto al Prisma, su variante sedán.
La razón de ser del Onix Effect es su estética sport, la cual tiene como protagonista principal a un paquete aerodinámico exterior conformado por spoilers presentes en ambos paragolpes, zócalos laterales y alerón posterior.
Esta última pieza está pintada en color negro brillante, tonalidad que también fue destinada a los espejos retrovisores y al parante B. Asimismo, hay calcos en los paneles frontal, laterales y trasero, mientras que las llantas son las de aleación de 15″ que utiliza la versión LTZ, pero en color grafito.
En el habitáculo las diferencias respecto del Onix convencional pasan por el tablero de instrumentos con fondo en gris y rojo, mientras que el volante es el que utiliza la misma versión del Agile, con comandos del audio y apliques en rojo, que se extienden a las salidas de aire de la plancha.
No hay sorpresas en la dotación de equipamiento, ya que conserva los puntos del LTZ, el cual dispone de airbags frontales, ABS, sistema multimedia MyLink, cierre centralizado, espejos y levantavidrios con comandos eléctricos, regulación en altura de asiento y volante y ordenador de a bordo, entre otros.
El motor es el conocido naftero de 1,4 litros y 8 válvulas, el más grande del modelo en Brasil, donde también ofrece uno de un litro. Allí genera una potencia de hasta 106 caballos con etanol (98 CV con nafta), mientras que la caja con la que se une es la manual de cinco cambios.
Por el momento, el Chevrolet Onix Effect fue lanzado sólo para el mercado brasileño, donde es ofrecido con un precio de 50.190 reales, lo mismo que vale la LTZ. Aún no fue anunciado para Argentina, donde el modelo se vende con motor 1.4, cajas manual o automática y niveles de equipamiento LT y LTZ.