La necesidad de conseguir una movilidad limpia y sostenible es ya un valor fuera de dudas en el sector de la automoción. No es ningún secreto que las marcas están haciendo grandes esfuerzos en el estudio, la investigación y la mejora de sus productos para conseguir el mejor desarrollo posible. Este camino nos lleva con gran velocidad hasta lograr el coche del futuro que no imaginábamos hace tan solo unos años.
Sin duda son muchas las ventajas de estos coches y los avances en su tecnología, unidos al aumento de la producción y el mayor interés de los usuarios, están convirtiendo a los coches eléctricos en una realidad. El cambio, claro está, no es repentino, se requiere un conocimiento pormenorizado de la eficiencia, así como una introducción previa en forma de híbridos, sin embargo, aunque a muchos nos pueda parecer aún un primer paso muy lejano, ya encontramos otras alternativas que comienzan a tomar forma.
Con su principal foco de interés en el gobierno japonés, los coches de pilas de combustible de hidrógeno están tomando forma como otra opción ecológica y sostenible capaz de competir con el vehículo eléctrico.
Lo cierto es que muchas marcas están planteando algunos modelos de hidrógeno y juegan con la opción como un camino que es necesario probar y valorar. Sin embargo, las desventajas de este tipo de vehículos son evidentes.
El principal inconveniente es el mismo que encontraron los coches eléctricos con su llegada. Las infraestructuras son muy escasas o inexistentes. En proporción, los puntos de repostaje de coches eléctricos son muy pocos respecto de las gasolineras, sin embargo, los puntos de repostaje de coches de hidrógeno son solo anecdóticos.
La gran inversión necesaria para llegar a una infraestructura adecuada es muy elevada. A ello se suma el tiempo de adaptación de los potenciales usuarios hasta la pérdida de la desconfianza inicial en una nueva tecnología.
Otro de los problemas evidentes que entorpecen el desarrollo de estos coches es, sin duda, el elevado coste de producción. Esto encarece de forma prohibitiva el precio final del producto que llega a ser excesivamente caro incluso con ayudas de los gobiernos. Esto se regula siempre con el aumento de la demanda, sin embargo, es un círculo difícil de superar.
Es justo decir que este tipo de vehículo cuenta con algunas ventajas que lo hacen muy interesante. La rapidez a la hora de repostar es una de ellas puesto que solo necesitan unos pocos minutos conectados a la fuente de repostaje para cargar la totalidad de las pilas.
El precio del hidrógeno también es destacable ya que, respecto de la gasolina, el ahorro para repostar sería muy evidente.
No menos importante es la ausencia de emisiones contaminantes. Esto es una ventaja ya de por sí para el planeta pero también supone un beneficio en muchas ciudades donde, con uno de estos coches, no se aplicarán los protocolos anticontaminación que limitan la circulación de vehículos que emiten sustancias nocivas.