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miércoles , 13 de Noviembre de 2024
Por primera vez a la venta en Argentina, el legendario Ford Mustang fue presentado oficialmente con un evento que incluyó una prueba de manejo en el Autódromo de Buenos Aires.
La sexta generación está en el mercado local gracias a que se trata de una generación global, que mantiene el espíritu del modelo, con más de 50 años de historia. La versión GT es la única disponible en Argentina, la cual disfrutamos a lo largo de cuatro vueltas en el circuito Nº 5, dos al volante y otras dos como acompañante del piloto Nicolás Madero, del equipo de Rally Villagra Team. Primeras sensaciones.
No todos los días nos subimos a una leyenda, por eso el Mustang nos generó una adrenalina extra de antemano. Cuando nos tocó el turno, fuimos a buscar el casco provisto por Ford y llegó la hora de estar por primera vez detrás del volante del legendario pony car norteamericano.
El Mustang impacta con su diseño exterior musculoso y también por su habitáculo, con una plancha de a bordo inspirada en los aviones, buena calidad general, guiños a la historia, teclas cromadas en la consola central, el volante con el clásico caballo y las butacas de cuero que sujetan bien pero que no son extremadamente deportivas, pensadas para todos los días.
Luego de regular eléctricamente la butaca comenzó la aventura. Al presionar el botón “Ford Power”, el V8 comenzó a rugir y a desplegar su inconfundible estilo, que anticipaba una experiencia única. Con 421 CV y 530 Nm de torque, se combina con una caja automática con función Sport –la que utilizamos- y modo secuencial, y con la tracción en las ruedas traseras, donde además cuenta con un diferencial autoblocante para sumar eficiencia.
El deportivo del Óvalo ya sobresale antes de rodar por el sonido grave del motor V8, que empuja siempre y enamora cada vez más mientras se suceden las seis marchas. La primera sensación al acelerar con rumbo a la recta del Autódromo (donde en la segunda vuelta llegamos a los 220 km/h) es la de la espalda “pegada” en el respaldo del asiento, producto de la bestial aceleración: la marca declara 4,8 segundos para el 0 a 100 km/h.
El deportivo se siente a sus anchas en la pista, donde es eficaz en las curvas, mostrando dirección y suspensiones firmes, mínimas inclinaciones y una dinámica ejemplar. Además, el plus de la tracción trasera nos permitió divertirnos, ya que el exceso de pie derecho permite el derrape del tren posterior. Igualmente, lo manejamos con el modo Sport, que brinda un margen para la diversión pero activa el control de estabilidad en caso necesario.
Sin embargo, la eficiencia en pista del nuevo Mustang la comprobamos un rato más tarde, cuando acompañamos al piloto de Rally Nicolás Madero, quien “exprimió” la capacidad del deportivo sin ningún tipo de control electrónico y resolviendo el circuito con más velocidad de curva, de las que salía de costado aplicando mucho acelerador y corrigiendo la trayectoria con el volante. Incluso, se animó a realizar un trompo que nos envolvió en humo blanco.
Tanto el manejo como las dos últimas vueltas en el muscle car, una leyenda de la industria automotriz, han sido una experiencia inolvidable.
