La cuarta generación del Ford Focus para el mercado europeo ya cuenta con la versión ST, una de las alternativas deportivas que tendrá el modelo (seguramente, más adelante contará con la RS), que posee novedades en la estética, el interior y la mecánica.
La diferenciación del modelo del segmento C comienza en el exterior, donde posee una imagen dominada por los nuevos paragolpes deportivos, las llantas de aleación oscuras, los apliques en los zócalos, el alerón trasero y la salida de escape, que también es exclusiva.
La versión desarrollada por Ford Performance además dispone de un interior que combina el nuevo estilo de diseño del panel de a bordo con las butacas deportivas de Recaro. También tiene selector de caja, pedalera y apliques de zócalos de aluminio.
La mecánica incluye cambios en la dirección (más directa), los frenos (más grandes) y la suspensión, que cuenta con un sistema de amortiguación adaptativa para la parte trasera (con sistema independiente). Además, posee un selector de modos de manejo.
Si nos referimos a los motores, hay dos opciones: el turbodiésel EcoBlue 2.0 con 190 caballos de potencia y 400 Nm de torque de 2.000 a 3.000 rpm, y el naftero EcoBoost 2.3 con turbocompresor, 280 caballos y 420 Nm entre 3.000 y 4.000 rpm, cifras con las que el Focus ST acelera de 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos.
La caja convencional es una manual con seis velocidades que se conecta con la tracción delantera con diferencial electrónico de deslizamiento limitado (eLSD). Además, el naftero puede contar con una automática con siete velocidades.