Tal cual lo hizo hace unos meses su hermano de cuatro puertas -el más vendido de la gama Classic- la SW se actualizó para continuar con su larga campaña en el mercado local. Al igual que el sedán, los cambios exteriores lo asemejan al Chevrolet Sail de origen chino, y pasan en primer lugar por un totalmente nuevo sector frontal, con ópticas estilizadas y nuevos paragolpes, capot y guardabarros.
Atrás también presenta cambios. Las ópticas, si bien mantienen el diseño y el tamaño original, cambian su dibujo interno, y el paragolpes se suma a la refrescada con líneas algo más voluminosas, pero dentro de los parámetros de su estilo.
Lateralmente es donde menos ha sido modificado, ya que sólo incorpora las luces intermitentes, nunca antes presentes en la ex familia Corsa, además de las denominaciones de la versión en las puertas, mientras que las llantas son las mismas de agradable diseño y tamaño de 14″. Completan el conjunto los espejos y las baguetas del color de la carrocería, que a partir de este rediseño están presentes en todas las variantes del modelo.
Interior
Puertas adentro casi todo sigue igual que antes, a excepción del display de información (con fecha, hora y temperatura) ubicado por arriba de la consola central. Heredado del Corsa II -hoy llamado Corsa a secas- es más generoso que el que traía originalmente el Classic.
Más allá de este pequeño cambio, se mantiene el tablero de caracteres poco legibles y la conocidísima consola central, con sus particulares perillas y la radio que incluye hasta MP3, entrada auxiliar y USB, pero que carece de una buena recepción de las emisoras porteñas cuando se circula a una distancia mayor a los 80 kilómetros de Buenos Aires.
Lejos de sorprender, los materiales sin embargo plantean correctas terminaciones y encastres, dignos para un auto del orden de los $ 55.000. Buena nota para las contrapuertas, que nunca han perdido el sector tapizado en tela y le brinda buen aspecto al longevo interior.
El espacio continúa siendo destacado en el modelo, con suficiente lugar para que dos adultos se acomoden sin problemas en la segunda fila, que a través del asiento bipartido se conecta con el baúl, con 430 litros de capacidad y buena boca de carga.
Por su parte, la posición de manejo muestra una butaca bastante alta que condicionará a los más “largos”. Esto hace que el volante quede algo lejos, más que nada porque carece de regulación en altura. El equipamiento de esta versión “full” tiene lo justo y necesario, y entre otras cosas, se le podría reclamar el cierre a distancia y los faros antiniebla, presentes en la edición anterior.
Seguridad
Sin airbags ni ABS, en este apartado el Classic se las arregla con lo básico: cuatro cinturones inerciales y regulables en altura y dos apoyacabezas traseros.
Los frenos muestran un sistema superado que no se destaca en el rubro y obliga a estar atentos. Las distancias de detención son largas y el pedal muestra un tacto “gomoso”, que no ayuda demasiado.
Comportamiento
Nada nuevo bajo el sol. El Classic históricamente brindó más confort de marcha que buenas condiciones ruteras. En la ciudad se muestra mullido pero a la vez robusto a la hora de encarar lomos de burro o cunetas pronunciadas, algo que también valorarán aquellos que lo utilizan en caminos desparejos.
En ruta muestra sus limitaciones, con marcados balanceos a la hora de encarar curvas cerradas, mientras que la tenida direccional se ve comprometida -y obliga a ir atentos- cuando el viento sopla de costado o pasamos por marcados cambios de terreno. Igualmente, cabe aclarar que estas sensaciones no van más allá de los límites de seguridad.
Performance
El motor es el conocido 1.4 L naftero que supo reemplazar al 1.6 L de 92 CV. Con dos caballos extras, se lo siente potente en todo momento y cumple con creces el uso familiar. En ciudad es muy ágil y en lo veloz brinda seguridad a la hora de los sobrepasos.
Los buenos consumos para un 1.4 (en el orden de los 9 L/100 km en ciudad y menos de 8 L/100 km a 130 km/h) se suman a los 54 litros del tanque de combustible, lo que le confiere una buena autonomía, que supera los 600 kilómetros en el tránsito citadino.
Por su parte, la velocidad máxima está en el orden de los 170 km/h y el “cero a cien” lo completa en poco más de 12 segundos. Prestaciones más que acordes a las intenciones del modelo.
El inagotable Classic se sigue renovando, en este caso a través de la versión SW, para continuar entre los modelos más emblemáticos y de mayor volumen del mercado nacional. A nivel local, el único competidor por precio y estilo es el Volkswagen Gol Country con equipamiento Power Plus, que parte con un precio base de 56.700 pesos, e incluye de serie aire acondicionado y dirección asistida.
Ficha técnica y equipamiento
Textos y fotos: Gastón Vanini