Rolls-Royce ingresó en una nueva era, la de los autos eléctricos. Lo hizo con el Spectre, un cupé con el lujo característico de la marca que fue desarrollado con la plataforma “Architecture of Luxury”, construida en aluminio.
Ostentoso y lujoso, como todos los modelos de la marca, el nuevo Spectre cuenta con una carrocería cupé con un diseño con un origen fácilmente reconocible, incluyendo una parrilla con iluminación LED. Además, mide 5,45 metros de largo.
En los laterales se lucen las grandes llantas, de 23 pulgadas de diámetro, junto con las puertas con generoso tamaño y apertura inversa, otro sello de Rolls-Royce. Permiten acceder a un habitáculo con casi infinitas alternativas de personalización. Asimismo, ofrece cuatro plazas y una novedosa iluminación ambiental.
Otra de las cualidades es el sistema Planar suspension (Suspensión Plana), que modifica la actuación de los amortiguadores y desacopla las barras estabilizadoras para evitar balanceos e imperfecciones durante la conducción. A eso se suma la dirección en las cuatro ruedas.
Durante la conducción en curvas, los sistemas presentes en el Spectre monitorean 18 sensores y adaptan los parámetros de la dirección, el frenado, la entrega de potencia y la suspensión. ¿El objetivo? Que el conductor tenga el control del auto sin esfuerzo.
Según los datos preliminares, la motorización eléctrica del nuevo Spectre genera 585 caballos de potencia y 900 Nm de torque, cifras que, combinadas con el peso (en vacío) de 2.975 kilogramos, logran una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 4,5 segundos, según previsiones de la automotriz. Es alimentada por una batería que permite recorrer 520 kilómetros con cada carga de energía eléctrica.