Los hatchbacks de este segmento han logrado una estética atrayente y entre estos ejemplares, las líneas del Bravo –sutil restyling mediante-, se posiciona entre los más bellos, dignificando el valor del diseño que le dio vigencia por años.
El más chico de Fiat, ahora fabricado en Méjico, desembarcó en el país el pasado mes de noviembre. Entre los modelos retro, es uno de los mejores logrados, con gran concentración de tecnologías de última generación.