La división Volkswagen Motorsport fue la encargada de desarrollar el primer Golf creado exclusivamente para competición, el cual fue homologado dentro de la categoría Touringcar Racer International Series (TCR).
El prototipo posee una mecánica que incluye el conocido motor 2.0 TSI con inyección directa y turbocompresor que entrega una potencia de 330 caballos y 410 Nm de torque. Es el mismo que utiliza el Golf R (el más potente de la gama), en el que eroga 300 CV.
El propulsor trabaja en conjunto con la transmisión automática de doble embrague que VW denominada DSG. En esta oportunidad, cuenta con seis velocidades y ofrece el paso de las mismas mediante las levas ubicadas en el volante. La tracción es delantera.
A eso se le suma la presencia de la plataforma modular MQB del modelo de serie, aunque con diferentes retoques en el chasis, como las trochas, que fueron incrementadas en 40 centímetros, algo que queda en evidencia en el ancho del vehículo.
La estética es bestial y está compuesta por los grandes paragolpes, las llantas multirrayo, los pasarruedas ensanchados, la doble salida de escape y los zócalos laterales, alerón trasero y spoilers en fibra de carbono, todos en color negro.
En el interior cuenta con el ambiente típico de los autos de carreras, con un habitáculo despojado de revestimientos, panel exclusivo, butaca de competición con cinturón de seguridad de cinco puntos y jaula antivuelco.
El Golf de carreras debutó el pasado fin de semana en la categoría TCR que pasó por el circuito Red Bull Ring en Spielberg. El equipo que lo puso en pista es el Liqui Moly Team Engstler, que lo pondrá a prueba hasta fin de este año.
Este concept también será utilizado por la marca alemana para evaluar un programa de competición para clientes que se pondría en marcha a partir de la próxima temporada, es decir en el año 2016.