La gama de la octava generación del Golf continúa creciendo. Esta vez, el protagonista es el GTI Clubsport, una versión más deportiva que el GTI presentado en el mercado europeo a principios de 2020.
Uno de los cambios está en el motor naftero 2.0 TSI (inyección directa y turbocompresor), con una evolución que le permite entregar 300 caballos (en reemplazo de los 245 CV) y 400 Nm de torque (370 Nm).
El propulsor con cuatro cilindros trabaja con la caja automática DSG, con doble embrague y siete velocidades, mientras que la tracción es delantera y ahora está acompañada por un diferencial con bloqueo electromecánico (el GTI tiene un sistema electrónico).
El bloqueo forma parte de un tren de rodaje que además incluye suspensión deportiva con calibración exclusiva y adaptativa, mientras que el “Vehicle Dynamics Manager” es el encargado de conectar todos los sistemas de la dinámica de conducción.
Por su parte, el sistema de modos de manejo tiene una nueva opción para ser utilizada en el Nordschleife, el circuito de Nürburgring.
En el exterior, el nuevo Clubsport es reconocido por incluir un nuevo paragolpes acompañado por la sigla “GTI” roja, color también está presente en la parrilla y las pinzas de frenos, mientras que las llantas de aleación son exclusivas y tienen dos colores y 18 pulgadas. También posee una reducción de 10 milímetros en el despeje junto con salidas de escape ovaladas y nuevos zócalos laterales, difusor y spoiler trasero.
La personalización se extiende al habitáculo, donde asocia el diseño conocido con un volante deportivo con cuero perforado y levas para realizar los cambios, la pedalera de aluminio y los asientos deportivos con costuras y apliques rojos.