Volkswagen Argentina puso a la venta una nueva versión con caja automática de su pick-up Amarok. A la variante tope de gama Highline Pack, se le agrega ahora la versión intermedia denominada Trendline, que desde agosto incorpora también la caja automática ZF de 8 marchas.
La nueva Amarok Trendline automática tiene un precio de venta de $273.300, un 5% más que la versión Trendline con caja manual y un 17% por debajo de la versión automática Highline Pack, que cuesta $324.880. En ambos casos la garantía es de 3 años o 100.000 km.
La moderna caja ZF 8HP45 se destaca por tener 8 velocidades con un funcionamiento y escalonamiento especialmente estudiado para aprovechar al máximo el rendimiento del motor biturbo TDI de 2.0L y 180 CV de la Amarok. Se trata de una transmisión integralmente nueva y desarrollada específicamente para la pick-up de Volkswagen.
Con un peso de tan sólo 77 kilos, esta caja automática combina un alto grado de confort de conducción con excelentes prestaciones todoterreno, reduciendo las cifras de consumo en comparación con otras transmisiones automáticas.
Si bien dispone de convertidor de torque, por su moderno diseño y el eficiente empleo de la electrónica, prácticamente iguala las prestaciones, respuesta y placer de manejo de los sistemas de doble embrague con un gran nivel de robustez y durabilidad, imprescindibles en un vehículo de estas características.
El hecho de contar con 8 relaciones permite tener una primera marcha muy corta, una octava con un largo desarrollo y todas las relaciones intermedias bien cerradas, con variaciones mínimas en el régimen de rotación entre cambios. De esta forma, combina excelentes prestaciones todoterreno con una performance en ruta o ciudad de primer nivel. La velocidad máxima es de 179 km/h y se alcanza en 7ª marcha, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h se ubica en los 10,9 segundos.
El empleo de la electrónica le confiere a esta transmisión un esquema de funcionamiento “adaptativo”. Esto implica que la caja asimila los parámetros de manejo impuestos por el conductor y responde en consecuencia.
De esta manera, y a modo de ejemplo, la caja selecciona la segunda velocidad en condiciones de manejo “tranquilo” para iniciar la marcha, quedando la primera para exigencias mayores. El resto de los cambios se sucede con suma rapidez y suavidad, tanto hacia arriba como en rebajes, permitiendo que el motor se mantenga siempre en el régimen de mejor torque y rendimiento, sin baches ni pausas en la entrega de potencia.
La séptima y octava marcha son especialmente largas y de gran utilidad en rutas y autopistas. Permiten desarrollar altas velocidades con un bajo régimen de rotación del motor, reduciendo niveles de ruido, consumo y emisiones.
En el plano del manejo off-road, las dos versiones de Amarok automática se destacan por mantener o incluso superar las ya excepcionales performances de las versiones manuales.
La capacidad de trepada sigue siendo de 45° -incluso con plena carga-, y gracias a la mayor potencia del motor y la robustez de transmisión la capacidad de remolque pasa de 3 toneladas a 3,2.
La selectora cuenta con una posición de manejo secuencial y otra “Sport” para la conducción deportiva. De esta manera el conductor dispone del control total del vehículo en cualquier situación de manejo.
A diferencia de las versiones 4×4 con caja manual, las versiones automáticas disponen de un exclusivo sistema de tracción 4Motion permanente del tipo Torsen, un elemento inédito en el mercado de las pick-ups.
Este avanzado y eficiente esquema se destaca por su funcionamiento totalmente mecánico, combinando solidez, confiabilidad y seguridad sobre cualquier tipo de terreno.
El nombre Torsen deriva del concepto “Torque Sensitive”, es decir, “sensible al torque”. En la práctica, el diferencial le envía el torque al eje que presenta la mayor adherencia, asegurando un comportamiento estable y seguro en cualquier terreno o superficie.
En condiciones normales, el reparto del torque es del 40% al eje delantero y 60% al trasero, pero el diferencial central puede variar la proporción (hasta 20/80 o 60/40) de acuerdo a la necesidad, optimizando la tracción y el control en todas las situaciones.
En la práctica se obtiene un comportamiento mucho más homogéneo, neutro y por ende seguro, eliminando la tradicional tendencia sobrevirante de las pick-ups cuando se llega al límite de adherencia o sobre superficies de poco grip.