Chevrolet presentó en Estados Unidos la nueva generación del Corvette (C8), con el apellido Stingray y un cambio de configuración que tiene como protagonista al motor central, como superdeportivos de otras marcas, como Ferrari.
El modelo luce un nuevo estilo de diseño inspirado en la aeronáutica (en los aviones F22s y F35s, entre otros) y en los autos de la Fórmula 1, además de incluir un techo solar desmontable (se guarda en el baúl trasero) y diversas opciones de personalización.
Por su parte, el interior es más grande y ofrece un puesto de conducción envolvente, con tablero digital de 12 pulgadas, volante compacto y cuadrangular y consola central vertical. Asimismo, posee cuero, metal, acero inoxidable y fibra de carbono.
Otras novedades son el nuevo sistema multimedia, la carga inalámbrica, el reconocimiento de voz y un sistema con seis modos de manejo: Clima (Weather), Ruta (Tour), Deportivo (Sport), Pista (Track), MyMode (configurable) y Z (suma los ajustes del motor y la caja).
La estructura liviana del modelo está constituida por seis partes de aluminio fundido a alta presión, lo que mejora la maniobrabilidad y la dinámica. Además, el motor se mudó de la parte delantera a la zona central.
Es el LT2 V8 naftero con 6,2 litros de nueva generación con aspiración natural que entrega 502 caballos de potencia y 637 Nm de torque. Se combina con un escape de altas prestaciones, la nueva caja con doble embrague y ocho velocidades y la tracción trasera con diferencial de deslizamiento limitado electrónico.
Además, el nuevo Corvette Stingray cuenta con los frenos eBoost (más precisos y regulables), suspensión delantera con elevación (en 2,8 segundos) y “Launch control”. Acelera de 0 a 60 mph (unos 96,6 km/h) en menos de 3 segundos a través del paquete Performance Z51.