La semana pasada, General Motors realizó en Porto Alegre el lanzamiento regional de la nueva generación del Chevrolet Onix, que ahora está disponible con el mismo nombre para ambas carrocerías, hatchback y sedán (Onix Plus). Este último es el que manejamos en el marco del evento brasileño, en su versión Premier, la más equipada de la gama.
Lo primero que llama la atención del flamante modelo, que además estrenó plataforma y dimensiones (incluyendo mayor longitud y distancia entre ejes), es el moderno diseño exterior con la identidad de la marca del moño en el frontal, ópticas con proyectores y una suave caída del techo en la zona trasera, donde recuerda a su hermano mayor, el Cruze. Adicionalmente, posee diferentes piezas cromadas que le brindan un estilo elegante propio de un segmento superior.
La evolución del Onix se trasladó al interior, donde encontramos un diseño completamente renovado combinado con plásticos rígidos, pero con buenas terminaciones y encastres. Se destaca por los detalles como el volante forrado con cuero y buen grip y los apliques que aportan elegancia.
Por su parte, el puesto de conducción incluye un asiento con buena sujeción lateral y regulación en altura, junto con el volante con ajuste de altura y profundidad. Brinda la posibilidad de encontrar la posición adecuada con facilidad.
Los cambios en el tamaño exterior beneficiaron al habitáculo, en el que ofrece una mayor habitabilidad, con un generoso espacio para las piernas de los pasajeros traseros. El baúl, en cambio, se redujo de los 500 litros del Prisma (generación anterior) a 469 litros, un volumen que de todos modos es suficiente. Esto lo logra ya que el Onix Plus tiene un auxilio del tipo temporal.
A lo mencionado anteriormente se suma el importante salto tecnológico. Posee pantalla táctil de 7 pulgadas (buen tamaño, lectura y de táctil ágil), encendido de motor con botón, tapizados de cuero, climatizador automático, OnStar y conectividad nivel 4 con Internet wifi 4G, que es muy potente y brinda la posibilidad de conectar hasta dos dispositivos de forma simultánea (siete en total).
El gran cambio en el rubro de la seguridad merece elogios. General Motor viene haciendo las cosas bien en este apartado desde hace un tiempo. Ahora, todas las versiones tienen seis airbags (frontales, laterales y de cortina) y controles de estabilidad y de tracción. Junto con una estructura de carrocería estable, logró cinco estrellas de Latin NCAP para la protección de adultos y niños. Sin dudas, uno de los puntos fuertes del modelo.
La mecánica no se quedó atrás, con una flamante propuesta con dos motores nafteros con tres cilindros y 12 válvulas. Las versiones Onix y LT llegarán con el 1.2 con 90 caballos y 115 Nm combinado con la caja manual con cinco marchas.
Eso sí, la estrella de la gama es el nuevo 1.0 turbo con 116 CV y 160 Nm, destinado a la versión “full” Premier, que manejamos. Muestra un notable salto en comparación con el modelo anterior y ofrece aceleraciones con determinación que le permiten alcanzar rápidamente altas velocidades, sin llegar a tener un tacto deportivo.
Se asocia con la caja automática con convertidor de par y seis marchas que no es de las más veloces, pero que se adapta bien al propulsor y le permite trabajar a bajas revoluciones. De esta forma, el conjunto está orientado a la eficiencia, con consumos muy bajos.
Por su parte, las suspensiones tienen una configuración más rígida, otro acierto de la marca, ya que ahora permiten un comportamiento con mayor aplomo, lo que brinda una cuota extra de seguridad.
Producido en Brasil, el nuevo Chevrolet Onix llegará al mercado argentino en diciembre con las dos opciones de carrocería y las versiones Onix y LT, mientras que la Premier que manejamos arribará a principios de 2020.
En el país vecino mantuvo los precios del modelo precedente, una estrategia acertada que también esperamos que forme parte del modelo a nivel local, donde el objetivo será mantener el liderazgo en el mercado. Algo es seguro: este Onix será la nueva referencia en el segmento B.