La variante de la gama destinada a los circuitos sobresale por la estética exterior e interior y la mecánica, con un motor bóxer 4.0 atmosférico que entrega 500 caballos.

Porsche presentó en el Salón de Ginebra el GT3, la variante más deportiva del modelo, una extensión de los vehículos de competición de la marca, con el que ha compartido la pista de desarrollo y la planta de producción.

Homologado para la circulación en la calle, el modelo ha sido objeto de una construcción liviana que le permite ostentar un peso de 1.430 kilogramos y un interior personalizado y con sólo dos asientos.

La estética exterior incluye paragolpes delantero con generosas entradas de aire, gran alerón posterior, difusor de aire trasero, doble salida de escape central y llantas de aleación específicas.

Por su parte, la mecánica está a cargo de un nuevo motor bóxer con seis cilindros opuestos, 4 litros de cilindrada y del tipo atmosférico, es decir que prescinde de la sobrealimentación. Con pocos cambios en comparación del 911 GT3 Cup de competición, entrega 500 caballos de potencia. A modo de referencia, el 911 Turbo S posee 580 CV pero con un planteo menos deportivo.

De serie, este Porsche 911 está equipado con la caja automática de doble embrague y siete velocidades (PDK), mientras que opcionalmente puede contar con una manual con seis marchas.

Posee además con una suspensión con una puesta a punto exclusiva y 25 milímetros menos de despeje, lo cual se combina con la dirección activa en el eje trasero (gira como las ruedas delanteras o en sentido contrario, según la velocidad), lo que mejora la maniobrabilidad y la estabilidad.

Con una relación entre peso y potencia de 2,86 kg/CV, el nuevo GT3 brinda una aceleración de 0 a 100 km/h en un tiempo de 3,4 segundos y una velocidad máxima de 318 km/h. Con la caja manual, las cifras pasan a 3,9 segundos y 320 km/h respectivamente.