Global NCAP realizó una interesante prueba “auto a auto”, un choque de frente entre dos autos comparables. ¿El objetivo? Demostrar las diferencias en la seguridad de los vehículos según el mercado en los que son comercializados.
Uno de los autos es el Hyundai Grand i10 sedán fabricado en India y destinado a los mercados de México y otros países de América Latina y el Caribe. Su equipamiento de seguridad incluye doble airbag frontal, además de carecer de control electrónico de estabilidad (ESC).
En la colisión provocada intencionalmente, el Grand i10 mostró una estructura inestable y una protección pobre para el conductor, “con probabilidad alta de lesiones de riesgo de vida”, anunció el programa, que además informó que hubiera logrado una calificación de cero estrellas en las pruebas de Latin NCAP.
El otro auto es el Hyundai Accent fabricado en México y destinado a Estados Unidos, que cuenta con un equipamiento de seguridad que contiene seis bolsas de aire y control electrónico de estabilidad de serie. ¿El resultado? Buena protección para el conductor y una estructura estable.
De esta forma, Global NCAP demostró la diferencia en la seguridad entre dos vehículos con orígenes y destinos dispares. Las desigualdades están presentes en la estructura y el equipamiento (cantidad de airbags y presencia o carencia de ESC).
En las imágenes se puede observar las diferencias en la deformación de las carrocerías de los dos vehículos. El Grand i10 tuvo una mala deformación, mientras que la estructura del Accent tuvo un buen desempeño combinado con las seis bolsas de aire.
“Esta prueba es un llamado de atención para los consumidores, reguladores y fabricantes de vehículos. Todos los consumidores, sin importar en dónde vivan, tienen el derecho a recibir el mismo nivel de seguridad en sus vehículos. La brecha de seguridad transfronteriza ya no debería existir. Hacemos un llamado a los fabricantes para que detengan las estrategias del doble estándar en el mundo”, dijo Alejandro Furas, secretario general de Latin NCAP.
Por su parte, David Ward, presidente de Towards Zero Foundation y Global NCAP, agregó:“Es muy decepcionante ver tanta diferencia en la seguridad vehicular entre México y los Estados Unidos. Una de las razones principales ha sido el “lobby” incesante de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz para retrasar la aplicación de las normas mínimas de seguridad de la ONU en vehículos. Esto sucedió primero para las pruebas de choque frontal, lateral y Control Electrónico de Estabilidad y ahora nuevamente para la protección de peatones. El doble estándar en la seguridad de los vehículos es con demasiada frecuencia un elemento de negociación de las asociaciones de la industria automotriz. Y es por eso que la Reunión de Alto Nivel de la ONU de esta semana en Nueva York debe enviar un mensaje claro a la industria automotriz para que detenga sus tácticas dilatorias y aplique las normas de seguridad vehicular más importantes en todo el mundo”.
Stephan Brodziak, presidente de la Comisión Directiva de Latin NCAP, comentó: “Duele ser testigo una vez más del terrible doble estándar con que opera parte de la industria automotriz en los países de la región de América Latina y el Caribe, lo que inevitablemente nos obliga a pensar en sufrimiento que, vehículos construidos bajo este esquema, terminan causando en nuestras familias, sociedades y economías. Además, deja ver el gran pendiente para lograr que el mercado latinoamericano de autos madure: la ausencia de un etiquetado de seguridad vehicular que alerte a usuarios y consumidores acerca de los riesgos de los autos de baja seguridad, y que nos permita transitar a una lógica comercial que inserte a la industria automotriz establecida en nuestros países en una competencia por el desempeño de seguridad ofrecido que vaya más allá del marco regulatorio de un país”.