Presentado en Europa hace casi un año, el Volkswagen Golf de octava generación ya cuenta con sus versiones Variant y Alltrack. La primera es la opción familiar de la gama, mientras que la otra sobresale por sus aptitudes para salir del asfalto.
Ambas versiones se benefician con el incremento de las dimensiones en el exterior, ya que el Variant cuenta con 4.633 milímetros de largo y 2.686 de distancia entre los ejes, 66 mm extra que el familiar precedente.
En cuanto al diseño, la novedad está en la zona trasera de la carrocería, mientras que la versión R-Line se destaca por su look deportivo y el Alltrack recurre al estilo todo terreno, con la presencia de plásticos oscuros y mayor despeje entre la carrocería y el suelo, lo que está acompañado por la tracción integral permanente 4Motion.
El habitáculo también es más grande, con 48 mm más de espacio para las piernas, mientras que el diseño es compartido con el hatchback e incluye tablero digital y pantalla táctil de 8,25”. Al baúl se accede por un portón que puede ser eléctrico y tiene un volumen de 611 litros (6 extra) que puede llegar hasta los 1.642.
La gama tiene motores TDI (turbodiésel) y eTSI, que asocia el naftero TSI con un sistema micro híbrido compuesto por un motor de arranque y alternador, un sistema eléctrico de 48 voltios y la batería de iones de litio, conjunto que permite disminuir el consumo de combustible.
En cuanto a la seguridad, están presentes asistencias a la conducción como frenado automático con detección de peatones, sistema de cambio de carril, control automático de luces, conducción asistida hasta 210 km/h y alerta de peligro de tránsito Car2X.
Volkswagen comercializó en Argentina la Variant perteneciente a la séptima generación del Golf, modelo que era importado de México, como el hatchback.