La denominación del nuevo Volkswagen Polo que llegó recientemente al mercado argentino resulta familiar. Y lo es, ya que también fue utiliza por un sedán fabricado localmente hasta la década pasada, aunque se tratan de autos completamente diferentes.
El séptimo lanzamiento del año para VW le permite a la marca ocupar el espacio que dejó libre el Bora pero con una gama más limitada. El Polo cuenta con una longitud de 4.384 milímetros, tamaño que lo ubica entre el Voyage y el Vento, con 154 más y 260 mm menos respectivamente.
Para celebrar el lanzamiento del modelo, la marca alemana organizó un test drive con la prensa especializada, el cual proponía unir -ida y vuelta- el barrio porteño de Puerto Madero con la localidad de Pilar, ubicada a 54 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
El primer test drive fue una buena oportunidad para comenzar a conocer en detalle al Polo producido en India, que llegó al país sólo con versión Comfortline, aunque en el evento había unidades con algunos de los variados accesorios de fábrica.
Nos tocó conducir una unidad con llantas de aleación opcionales de 17 pulgadas en color negro (las de serie son de 15″), montadas junto con unos neumáticos en medida 215/40, que le aportan un estilo más deportivo al modelo, que recientemente recibió un rediseño frontal con el último family feeling de la marca a nivel mundial.
En el interior, el Polo luce un estilo sobrio, típico de VW, junto con materiales duros al tacto pero bien encastrados y agradables a la vista. El equipo de audio de serie es similar al que poseen las Amarok y Suran argentinas en algunas de sus versiones, un sistema que incluye CD, conexión Bluetooth y entradas auxiliar y USB. En forma opcional hay otro con navegador (tiene un sensor raro que queda a la vista en la parte superior del panel) pero que carece de USB.
El equipamiento de serie también incluye climatizador automático, computadora de a bordo, control de velocidad crucero y volante multifunción revestido en cuero, mientras que en seguridad cuenta con doble airbag frontal, ABS, luces antiniebla delanteras y anclajes Isofix.
La posición de manejo es correcta y se logra gracias a la presencia de la doble regulación del volante y en altura de la butaca, mientras que el espacio en la parte trasera, donde cuenta con tres apoyacabezas, es muy amplio especialmente para las piernas. El baúl, en tanto, ostenta una generosa capacidad de 454 litros y aloja a una rueda de auxilio con llanta de chapa y diferente medida.
El motor naftero 1.6 con cuatro cilindros y 16 válvulas desarrolla 105 caballos a 5.250 rpm y un torque de 153 Nm a 3750 rpm. Ofrece un correcto funcionamiento aunque se lo siente algo rumoso en el habitáculo. La caja con el que lo probamos es la manual de quinta (también posee una automática Tiptronic con seis cambios), la cual ofrece un selector preciso y una quinta marcha corta, por lo que le vendría bien una sexta para relajar el motor y reducir el sonido del mismo.
Por su parte, y como es característico en la marca, las suspensiones ofrecen un comporamiento “durito”, condición que se profundizó aún más con las mencionadas llantas y los neumáticos de perfil bajo.
De esta forma, tomamos el primer contacto con el nuevo Volkswagen Polo, un modelo con historia que ya está a la venta con renovados argumentos para pelear en un segmento poblado de rivales como los Chevrolet Cobalt y Sonic sedán, Ford Fiesta KD sedán y Honda City.
El baúl del Nuevo Polo es muy amplio con 454 litros de capacidad.
La única versión disponible en el mercado argentino denominada Comfortline incorpora llantas de aleación de 15″.
Opcionalmente se puede equipar al Nuevo Polo con llantas de 16 pulgadas.
También hay diponible como opción llantas “Motorsport Black” de 17 pulgadas.
Instrumental claro y preciso, y completo volante multifunción de diseño característico de la marca.
Sistema de audio RNS 315 opcional con navegador pero sin USB.
El auxilio es de distinto tamaño (14 pulgadas) con llanta de chapa.
Volkswagen Argentina proyecta vender unas 400 unidades al mes del Nuevo Polo.