Más de 50 años han pasado desde el lanzamiento en 1957 del 500, el heredero y sucesor del Topolino de la preguerra. El éxito fue tal, que su producción en Italia se extendió por 25 años, llegando a vender más de 4.0 millones de unidades y si bien en la región no tuvo gran presencia y en Argentina fue eclipsado por el 600 -“La bolita”-, el Cinquecento siempre fue muy valorado por los fanáticos de Fiat. (Abajo: Arturo Brunetto y Andrea Frieder, ganadores del Rally Liege-Brescia-Liege disputado en 1958, a bordo de un Fiat 500 Sport.)
La nueva generación del 500 fue presentada el pasado mes de agosto en Miami y representa el reingreso de Fiat en el mercado norteamericano. Todo esto ha sido posible a partir de la unión de la casa turinesa con Chrysler, razón por la cual el nuevo Fiat 500 se fabrica en la planta que esta última posee en Toluca, México. Enmarcado en los acuerdos bilaterales de Argentina con este último país, desembarcó en el mercado el pasado mes de noviembre.
Entre los modelos pertenecientes a la “onda retro” puesta de moda en este siglo, es el que más respeta las formas de su antecesor. Mantiene prácticamente la misma relación entre los dos volúmenes, aunque en el 500 el delantero alberga el grupo motopropulsor y atrás se genera un pequeño espacio de 185 litros destinado a un escueto equipaje.
Las líneas en general han sido corregidas en función aerodinámica, de hecho homologa Cx 0,32, con perfiles ligeramente curvos y extendidos. Uno de sus mayores atractivos es ese mix, muy bien logrado, que reúne el antes y ahora de los autos citadinos, que despierta sonrisas de aprobación y simpatía. Además de lo anterior, quienes tuvieron la oportunidad de ingresar al habitáculo se sorprendieron frente a su diseño y amplio equipamiento.
Interior
Como ya comentamos anteriormente, los mejores calificativos se los lleva el diseño del interior, no sólo por las formas de todos sus componentes, sino por la combinación de colores, la elección de materiales, las telas utilizadas, la calidad del cuero que recubre el volante, los cortes, planchas, butacas, asientos y cobertura del habitáculo. Sin lugar a dudas, comparte y en algunos aspectos supera el mejor nivel de lo que se conoce de la marca.
Los mandos de los diferentes sistemas son fáciles de identificar y operar, el tablero de instrumentos está contenido por un marco circular ubicado frente al conductor, concentrando toda la información. El velocímetro y el tacómetro están superpuestos, enmarcando el display y el doble ordenador de a bordo los medidores de nivel de combustible y temperatura de motor con indicadores de barra. El conjunto resulta bastante confuso y leer la información obliga a la distracción.
El volante no cuenta con regulación de alcance, pero las demás permiten obtener muy buena posición de manejo. Hay que tener en cuenta el tamaño del vehículo, ya que con la butaca del conductor en la posición más baja, los muy altos se sentirán muy cerca del techo. Sin embargo, ambas butacas demuestran un excelente estudio ergonométrico, con correcta contención lumbar, resultando muy confortables para trayectos que nunca serán muy extensos teniendo en cuenta la acotada autonomía de marcha que resulta del tanque con 40 litros de capacidad.
Gracias a la correcta insonorización, se luce el completo equipo de audio, que puede ser operado desde el volante, que también cuenta con los comandos del control de velocidad crucero y las funciones de telefonía celular.
Otros ítems presentes al servicio del confort son el climatizador automático, el techo translúcido y las ventanillas delanteras eléctricos.
Seguridad
Teniendo en cuenta el segmento al que pertenece, es notable el equipamiento de seguridad. La versión base se ofrece con airbags frontales, aunque se puede llegar a una dotación de siete ya que las restantes suman los laterales y como opción se pueden agregar los de cortina y de rodilla para el conductor.
Destinados a la seguridad activa cuenta con control de bloqueo en frenado -ABS- y repartidor de intensidad -EBD-; se suma el Hill Holder que mantiene detenido al vehículo cuando se debe acelerar en pendiente. Es completo el sistema de control de estabilidad, que ayuda a mantener la trayectoria elegida analizando el giro de la dirección, la posición del pedal de acelerador y la velocidad, activando los frenos en función de la dirección y potencia del motor en caso de ser necesario, junto con ésto y compartiendo sensores trabaja el control tracción -ASR-.
Performance
Si tenemos la posibilidad de probar alguna unidad con caja de selectora mecánica, podremos ser concretos en comparar con la automática, cuánto se penalizan la performance y el consumo en función de la comodidad que representa olvidarse de los cambios. Seguramente se mejorarán los 13s35 que marcó en el 0 a 100 km/h; los casi 35s0 para recorrer el kilómetro con partida detenida y los 9.1 litros de nafta consumidos cada 100 km en el circuito urbano.
En 5ª alcanza la máxima velocidad, supera en promedio los 165 km/h con pasadas de hasta 170 km/h.
Ficha técnica y equipamiento
Motor
En el 500, debuta en la Región el motor “MultiAir”, tecnología patentada por Fiat en 2007 y estrenada en el Alfa Romeo Mito, extendida en la actualidad a varios modelos del grupo automotriz, estando en los planes de Ferrari para el año 2012. Se trata de una de las soluciones tecnológicas más importantes de este siglo.
Entre las múltiples características del sistema se destaca la simplicidad para resolver el tiempo de apertura y alzada de la válvula, con esto define el reglaje y la cantidad de aire que ingresa al cilindro según la necesidad de potencia. Una leva gira y manda presión de aceite al empujador hidráulico encargado de abrir la válvula de admisión, cuándo abre y cierra y cuánto es la alzada, lo define una electroválvula accionada por la centralina.
El MultiAir en su función concentra los beneficios del variador de levas -Vanos-, el sistema i-VTEC y el Valvetronic, pero es una solución simple, lo que permite avizorar confiabilidad y prolongada vida útil. Al manejar el reglaje y la entrada de aire de admisión de acuerdo a solicitud de potencia, permite aumentar potencia, valor y régimen útil de torque, además de reducir la emisión de gases contaminantes. Difícil por costo industrial en este vehículo, pero uno imagina sumar la inyección directa de nafta para aproximar a lo óptimo al motor del ciclo Otto.
Las virtudes de rendimiento destacadas, en alguna medida se mortifican con la caja automática de seis relaciones, pero sistema Wilson satelital, con acople hidráulico sin bloqueo, que así nos pareció al menos en las dos primeras marchas. Es la clásica transmisión automática norteamericana, en la cual primero se acelera, se percibe el resbalamiento del acople hidráulico y con cierto retardo se produce la reacción de aceleración.
En motores de poca cilindrada, donde dicho acople es de tamaño y volumen de fluido reducido, hasta que no se llega a un régimen importante del motor, no transmite con la reacción deseada. Cuando se trata de motores pequeños, el cambio automático con caja CVT que equipaba al Honda Fit anterior al actual y el DSG del Audi 1.4 litros, tienen mejor eficiencia. A favor del Cinquecento la caja de seis marchas y la selectora secuencial, que en ruta permite mantener la 6ª controlando el consumo, mientras que en la opción automática cambia en forma permanente incrementado su voracidad en forma notable.
Dinámica
El modelo del ensayo tenía rodado de 16″ con neumáticos de perfil medio-bajo 195/45, cuya influencia en el valor elástico elegido de resorte amortiguador no mortifica el confort en piso desparejo y beneficia en el comportamiento dinámico del modelo. Sus poco más de 3.5 m de longitud lo posicionan en el segmento de compactos citadinos y así lo confirmó su óptimo comportamiento en este circuito, ayudado por la dirección electro asistida de acotado radio de giro que facilita cualquier maniobra o estacionamiento que se realice. A lo anterior se suma el correcto despeje elegido, que permite salvar moderadores de velocidad y cunetas sin tocar abajo.
La ruta no es su hábitat pero se defiende. Teniendo en cuenta su tamaño, las cotas resueltas para distancia entre ejes, trochas y altura del centro de gravedad le permiten desplazarse con buena estabilidad respetando los parámetros permitidos de velocidad.
Bien en lo trabado y si se comete algún exceso, el ESP avisa e interviene ayudando en la maniobra; además, en curva, utilizando la secuencial mantiene el cambio para no comprometer la trayectoria.
En la prueba de frenado extremo -Pan Stop- desde 140 km/h mantuvo la línea de marcha y se detuvo totalmente en menos de 75 m. Cuando se puso al límite el ABS, con dos ruedas sobre asfalto y las restando en el pasto, fue necesario corregir apenas la dirección para mantenerlo derecho.
En síntesis, durante la prueba dinámica, lució toda la tecnología aplicada a este auto pequeño. Seguramente la economía de combustible con transmisión mecánica estará más en consonancia con el tamaño de auto, cilindrada y potencia, pero para aquellos que priorizan el confort de manejo que proporciona la automática, no renegarán cuando pasen por el surtidor a cargar nafta.
Conclusiones
Teniendo en cuenta los resultados de la pre-venta y la demanda posterior al lanzamiento, el Cinqueciento va a superar su destino imaginado para los nostálgicos del Fiat 500 y el exitoso 600, del cual hoy se pueden ver unidades que parecen 0 Km por su completa restauración. Entre los modelos retro, es de los mejores logrados y concentra tecnología de última generación.
Textos: Alberto Juárez
Fotos: Andrés Costa